Es necesaria pero no suficiente una exitosa reestructuración de la deuda


Es necesaria pero no suficiente una exitosa reestructuración de la deuda

Es necesaria pero no suficiente una exitosa reestructuración de la deuda

Martín Redrado – Director de Fundación Capital

Frente a las crecientes dificultades, el Banco Central profundizó las restricciones en el mercado de cambios oficial y paralelo, pero las expectativas de devaluación continúan en vistas del carácter cortoplacista de las recientes medidas. En efecto, no se ataca el problema de fondo que es la falta de oferta de divisas en el mercado de cambios. Aún más, no se han creado instrumentos en moneda local que sean atractivos para ahorristas e inversores institucionales. Estas medidas sólo implican una ratificación de la política cambiaria oficial, intentando continuar con un ritmo de mini devaluaciones diarias que vaya en línea con la tasa de inflación.

En este marco, el desempeño de la balanza comercial resulta clave para monitorear el poder de fuego del Banco Central. Al respecto, los últimos datos del intercambio comercial de abril mostraron una ampliación del superávit de bienes (u$s 1.411 millones). Sin embargo, este saldo continuó debiéndose a la fuerte retracción de las importaciones (-30,1% i.a. vs. -18,6% i.a. en el IT-20), mientras las exportaciones se desplomaron (-18% i.a.). Esto es un claro indicador de la fragilidad del superávit comercial actual. Si bien el saldo acumula 20 meses en terreno positivo, coincide exactamente con las caídas de las compras al exterior. Aún más, en ese período las exportaciones sólo mostraron leves aumentos (5,4% anual en 2018 y 2019) y en los últimos meses retrocesos (-10,2% i.a. en ene-abril).

Ante esta situación, la evolución de la brecha cambiaria es un termómetro de la economía, en tanto la distancia entre el tipo de cambio oficial y los paralelos implica mayores expectativas de devaluación, lo que induce comportamientos que afectan la disponibilidad de dólares. De hecho, en abril el ingreso neto de dólares por el comercio de bienes fue positivo por u$s 292 millones, lo que representa una baja de u$s 1.653 millones frente al mismo mes del año anterior (-85% i.a.). Al analizar sus causas, destaca la fuerte aceleración en el pago de importaciones en abril (+45,8% i.a.), incluso en el marco de una aguda caída de las compras al exterior (-30,1% i.a.). Asimismo, los últimos datos marcan una baja en el ingreso de divisas por exportaciones (-11,4% en abril). De esta forma, los recientes datos del balance cambiario son un claro llamado de atención, frente a la fuerte disminución en el ingreso de dólares genuinos. Aún más, el incremento en las compras de dólares billetes respecto al mes anterior (u$s 263 millones en abril vs. u$s 93 millones en marzo), hace prever medidas más restrictivas en esta dirección.

Por otra parte, en lo que va del año, la mayor parte de las monedas de emergentes mostraron una depreciación, destacándose los casos de Brasil (+34,8%), México (+17,4%), Uruguay (+16,1%) y Colombia (+13,3%). En este sentido, un ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial inferior al de nuestros principales socios comerciales (+14,4%), sumado a la inflación del 11,4% acumulada, derivó en un atraso cambiario relativo. En efecto, si se considera el tipo de cambio real multilateral (TCRM) con los principales socios comerciales (Brasil, Chile, Estados Unidos, la Unión Europea y China), se advierte una caída del 10,2% en lo que va de 2020. Aún más, al analizar la relación comercial con Brasil, la pérdida de competitividad es todavía más pronunciada: el tipo de cambio real bilateral (TCRB) con el país vecino disminuyó un 27,6%.

Esta dinámica de atraso cambiario relativo en el marco de estrictos controles de capitales, de todos modos debió ser sostenida con ventas de dólares por parte del Banco Central. En efecto, la entidad monetaria registró ventas de divisas por casi u$s 1.500 millones desde mediados de abril en el mercado contado. En el mismo sentido, la entidad monetaria viene aumentando fuerte su posición vendedora en futuros de dólar, la cual ya acumula más de u$s 3.400 millones. Por otra parte, los depósitos en dólares del sector privado acumulan una caída de u$s 1.265 millones desde el 17 de abril y u$s 2.455 millones en lo que va del año. Todo esto impacta de lleno en las reservas internacionales, las cuales acumulan una baja de u$s 1.244 millones, ubicándose en u$s 42.642 millones al 29 de mayo. Incluso, las reservas netas (descontando el swap con China, el repo con el BIS y los encajes en moneda extranjera) se ubican en u$s 9.600 millones al último día de mayo, acumulando una caída de u$s 4.148 millones desde principios de año.

En conclusión, la actual dinámica de relativa pérdida de competitividad y deterioro en el ingreso de divisas, sumado a reservas netas escasas hacen prever una mayor tensión en el mercado de cambios. Por lo tanto, es de esperar mayores restricciones al acceso al mercado oficial. Además, se podrían acelerar las mini devaluaciones diarias, mostrando una mayor intensidad en la segunda mitad del año. En definitiva, la resolución de la reestructuración de la deuda en forma favorable es central en este marco. No obstante, es una condición necesaria pero no suficiente. Sin la creación de instrumentos que incrementen la demanda de pesos y sin un sendero explícito para la política fiscal y monetaria, el mercado cambiario seguirá siendo el talón de Aquiles del enfoque económico oficial.

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